Quien se interesa por la medicina, ya sea el enfermo que se beneficia de su acción, el estudiante que se prepara para practicarla o el médico que la ejerce, tiene el derecho de conocer el objeto de la profesión médica. El médico no se diferencia del veterinario porque se ocupe de animales más complejos, sino porque no se ocupa en absoluto de animales. El médico se dedica, en efecto, a seres que buscan el sentido de su sufrimiento, es decir, el nexo entre la vida y el destino al que se sienten llamados. La enfermedad es el reclamo más dramático a la búsqueda de este sentido: y la relación médico-paciente no puede en ningún caso desentenderse de esta búsqueda. Introducir a la medicina ayuda a descubrir la verdadera vocación del médico: la naturaleza de este trabajo, su carácter humanitario, el esfuerzo de investigar, afirmando con certeza y en cualquier condición la existencia de un fin por el que vale la pena vivir.
Giancarlo Cesana, médico y psicólogo, padre de tres hijos, nació en Carate Brianza (Milán) en 1948. Profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Milán, está especializado en medicina del trabajo y psicología médica. Ha sido director científico del Centro europeo de formación para los asuntos sociales y la sanidad pública, y actualmente es director del Centro de estudios sobre patologías crónicas degenerativas en el ambiente laboral, en el Hospital San Gerardo de Monza. Colabora en numerosas investigaciones epidemiológicas sobre la relación entre factores sociales y enfermedad, a nivel italiano e internacional.